El Ártico, nos vamos hacia el norte…


Hace unos días hablamos sobre el viaje soñado a la Antártida, un viaje que nos permitiría llegar al mismo continente helado. Pero el planeta tiene dos polos, y ahora es el turno de hablar sobre el que tenemos más cerca, el ártico.

Después de investigar las rutas para acceder al continente antártico podíamos extraer dos conclusiones, la primera es que se puede llegar a casi cualquier lugar imaginable, la segunda es que es necesario mucho dinero, de la misma manera llegar al mismísimo polo norte es algo que se puede hacer si tenemos recursos suficientes. Existen empresas que nos ofrecen esta expedición por «poco más» de 17000 euros, pero a diferencia del viaje antártico, este nos permite estar 15 días en una expedición a todas luces inolvidable, eso si, a un coste de más de 1000 euros por día.

El plan de viaje seria el siguiente:

Día 1- Salida de Barcelona o Madrid hacia Longyearbyen (Spitsbergen–Noruega) vía Oslo en vuelo regular. Posibilidad de hacer una pequeña visita a la ciudad. Noche en hotel o albergue.

Día 2- Partida en un Antonov-74 hacia la base derivante «Borneo» situada a 89º N. Preparación del equipo y noche en tienda.

Día 3 a 11- En ruta hacia el Polo Norte tras ser depositados a unos 100 km. La duración de las etapas se hará en función del emplazamiento exacto de la base derivante, de la climatología y del estado de la banquisa. La ruta se desarrollará a través de numerosas crestas de presión y canales de agua libre en medio de la banquisa en movimiento, realizando distancias entre 15 y 20 km. diarios.

Día 12- Llegada al Polo Norte Geográfico. Noche en tienda en el mismo Polo Norte.

Día 13- Retorno en helicóptero a «Borneo». Comida y excursión alrededor de la base derivante. Por la tarde vuelo a Longyearbyen. Alojamiento en hotel/albergue, velada libre y cena.

Día 14- Regreso. Vuelo Longyearbyen-Oslo-Madrid/Barcelona

Y para hacer volar la imaginación… la descripción de una jornada de marcha:

Durante la travesía nos levantaremos hacia las 7 de la mañana, para tomar el desayuno tranquilamente dentro de la tienda. Hacia las 9:30 comenzaremos a recoger el campamento para comenzar la marcha hacia las 10:15, cuando el sol empieza a calentar.

Durante la marcha el ritmo que seguiremos es de unos 50 minutos de marcha y parada de 10 a 15 minutos a beber y picar algo. A las dos o tres horas, dependiendo lo larga que vaya a ser la etapa, se hará una parada mas larga, de unos 45 minutos, para descansar más y tomar un tentempié más sólido. Tras 4 ó 6 turnos de marcha montaremos el campamento en el hielo. Debido a las 24 horas de sol, el horario será flexible, siendo el tiempo meteorológico el que determine en última instancia el ritmo e incluso la hora de levantarse.

7027.jpg

Pero ahora volvamos a la realidad. Es importante tener en cuenta que dada la configuración continental de la tierra, en el hemisferio norte existen zonas habitadas en latitudes muy superiores a las que podemos encontrar en el polo sur. Por poner un ejemplo Ushuaia, la ciudad ubicada más al sur de la tierra tiene una latitud de 54º48’S, si extrapolásemos esa posición en el hemisferio norte nos sorprenderíamos al encontrar sitios tan comunes como Glasgow (55º51’N), Moscow (55º45’N) o bastante más al norte encontraríamos una capital de estado, como Reykjavík (64°08′N) más cerca del polo que la mítica Villa las estrellas (62°12′S) en pleno antártico chileno.

En el caso que nuestro deseo fuese acceder a las zonas habitadas más septentrionales del mundo, no deberíamos fijar nuestra vista en lo que parecería obvio, Groenlandia, sino a un vecino del este, Noruega. Aunque estrictamente la zona habitada más septentrional del mundo si que se encuentra en una isla al norte de Groenlandia, concretamente en Alert (82°28′N), territorio de Canadá, esa zona consta de 5 habitantes permanentes y dista mucho de poder considerarlo un sitio «visitable» ni tampoco existen rutas para civiles para acceder ella.

noaa_-_alert_nunavut_canada.jpg

De esta manera podríamos considerar que el sitio accesible más al norte estaría ubicado en Noruega, concretamente en la ciudad de Longyearbyen (78º13’N) en la isla de Svalbard, más cerca del polo norte que cualquier núcleo habitado de Groenlandia, quizá esto nos parezca extraño, pero para comprenderlo lo mejor es ver una imagen de la tierra centrada en ese punto:

orthographic_projection_over_svalbard.png

A Longyearbyen se puede llegar facilmente ya que cuenta con el aeropuerto internacional de Svalbard, que a su vez puede considerarse el aeropuerto más septentrional del mundo. Al Aeropuerto de Svalbard podríamos llegar con diferentes compañias que tienen vuelos regulares desde Oslo.

longyearbyen-airport-005.jpg

Y por último la pregunta más importante: que hacemos en Longyearbyen? Realmente la oferta de la zona no es muy variada ni llamativa, pero personalmente creo que el encanto de vivir unos días en una zona muy adentrada en el circulo ártico, casi aislados del mundo en una isla lejana, simplemente intentando captar el espíritu de los lugareños y su estilo de vida es suficiente, pero aun así, si se quiere algún tipo de emoción se podría ir a Spitsbergen a conducir en moto de nieve por el campo abierto o visitar la bóveda global de semillas de Svalbard, el almacén de semillas más grande del mundo, preparado para salvaguardar la biodiversidad de semillas que sirven para alimento ante cualquier tipo de desastre natural o humano a nivel global.

250px-global-seed-vault_0844_inngansparti_kunst_f_mari_tefre.jpg

250px-svalbard_global_seed_vault-es.jpg

5 Responses to El Ártico, nos vamos hacia el norte…

  1. Diego González says:

    Aunque Alert es considerada la localidad más septentrional de la Tierra, en realidad no creo que merezca serlo, de la misma manera que la base Amundsen-Scott no se considera una «localidad». Alert es una base del ejército canadiense, estación meteorológica y, probablemente, de espionaje (básicamente, porque desde allí Moscú está más cerca que, por ejemplo, Vancouver o Toronto), pero no «vive» nadie voluntariamente, como sí ocurre en las Svalbard o en otras localidades en el quinto coño de Nunavut o los Territorios del Noroeste.

  2. ferran says:

    Gracies per l’apunt! 🙂

  3. Diego González says:

    A mandar, majete. ¿Qué clase de friki sería uno si no se creyera más listo que nadie? 😀

  4. lyra says:

    m’ encantaria poder viatjar a svalbard!!!

  5. ferran says:

    jejeje… i a mi! pero no es tant dificil!!!! ni tant car…. algun dia… algun dia…

Deja un comentario