John Keats (1795-1821)


I had a dove, and the sweet dove died
And I have thought it died of grieving;
O what could it grieve for? Its feet were tied
With a silken thread of my own hand’s weaving:
Sweet little red feet! why would you die?
Why would you leave me, sweet bird, why?
You liv’d alone on the forest tree,
Why, pretty thing, could you not live with me?
I kiss’d you oft, and gave you white pease;
Why not live sweetly as in the green trees?


A los que están al otro lado


A los poetas locos y ciegos

Que cantan gilipolleces a las estrellas:

Ni su luz os ilumina,

Ni dan calor que reconforte.

 

A las grandes bocas que braman

Supuestas verdades a mi oído:

Vuestro aliento apesta a mentiras

Nacidas más allá del tiempo.

 

Al ambicioso mercader,

Envuelto en oro y miedos:

Ni una de tus monedas

Servirá para pagar el último peaje

 

A los que prefieren vivir de rodillas

Antes que sufrir de pie:

El tiempo os castigará

Con el olvido más anónimo.

 

A los oscuros sacerdotes antiguos

Que aterrorizan a las viejas:

Dejad el incienso en el suelo,

Y observad el moho en vuestros pies.

 

A los que amenazan el futuro de mi hijo,

Y los dulces brazos que lo sostienen,

Oscureciendo el mundo por venir:

Temed la ira del hombre gris,

Porqué tras una vida sin color,

Por fin tiene una luz por la que luchar.

Sin título


Hoy estoy un poco más lejos de todo,

Un poco más loco,

Un poco más solo.

Si la vida se empeña en sonreírme,

Yo escondo la mirada.

Si la vida insiste en abrir las cortinas,

Me entierro la cara bajo mis manos.

¿me preguntas porqué?

Yo te respondo ¿por qué no?

Tu me das mil razones,

Todas ellas grandes verdades,

Yo me quedo con mi melancolía,

Vestida de amargas falsedades.

Mártir voluntario,

O idiota empedernido,

Tal vez los dos a la vez.

Caminar por el borde no es un juego,

Es una necesidad.

El miedo a caer no existe,

Si ya estás por el suelo.

Y después de todo esto,

Sigues regalándome una sonrisa,

Y ese tesoro que tienes en brazos,

Me sigue mirando con esperanza.

No lo puedo evitar,

Sonrío yo también.

Las aguas


Y entonces las aguas se abrieron.

Las grandes bocas hablaron,

Pero no dijeron nada

Que no supiéramos ya.

Si una vez escuchaste el viento,

Ya sabes de qué me acuerdo.

La gente avanza y cae,

El rebaño es el mismo,

Mismas caras, mismos miedos.

¿Qué te hace creer especial?

¿Por qué dices temer el tiempo,

Si ya sabes qué te espera la final?

Ya sabes que las aguas se han abierto,

Y los bastardos gritan reclamando pureza,

Mientras venden sus sueños a pedazos.

Si la tierra tiembla bajo sus pies,

Al cielo se ponen a rezar.

Y sí ninguna respuesta obtienen

A ti y a mí nos culparán.

Y todo porque las aguas se abren.

Bad Religion, Generator


Una vez alguien me dijo que la belleza de una melodía nunca se escondería debajo de una guitarra. La persona que me lo dijo jamás escuchó esta canción

Like a rock,
like a planet,
Like a fucking atom bomb,
I’ll remain unperturbed by the joy and the madness
that i encounter everywhere I turn
I’ve seen it all along
In book and magazines
like a twitch before dying
like a pornographic sea
there’s a flower behind the window
there’s an ugly laughing man
like a hummingbird in silence
like the blood on the door
it’s the generator
oh yeah, oh yeah, like the blood on my door
wash me clean and I will run
until i reach the shore
I’ve known it all along
like the bone under my skin
like actors in a photograph
like paper in the wind
there’s a hammer by the window
there’s a knife on the floor
like turbines in darkness
like the blood on my door
it’s the generator

no hay estúpido más insoportable que el que no quiere escuchar

Oda estupida a un boboblog


Oh! Mi blog es freak y me lo paso chupiguay.

Cuantas Coca Colas me he bebido,

Haciendo las cuentas ya me he perdido.

Oh! Mi blog!

Arenas Blancas VII – El viejo Diablo


 

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Eones, Eras, e Imperios corrieron entre mis manos,

Y en todos fui la sombra que todos temieron.

He visto tanto,

He odiado tan intensamente,

He deseado como sólo yo sé desear,

Que hasta creo que una vez soñé que amaba.

Son las Arenas Blancas mi morada,

Mi eterna prisión.

Aquí aprendí a danzar,

Mientras vosotros escupíais deseos al viento.

Aquí me he reído de dioses apolillados,

He alcoholizado a santos profetas,

Y he sido adorado danzando sobre blancas arenas.

 

Mis hermanos se han consumido,

Dejándome solo en este reino.

Tanto jugaron con vosotros,

Tanto se bañaron en vuestras miserias,

Que se olvidaron quienes fueron.

El tiempo los atrapó,

Las Arenas Blancas,

Se los tragaron como se tragan vuestras vidas.

Soy el último.

 

Si alguna vez creí ser eterno,

Ahora no sé bien que desear.

Dylan comparte mi licor,

Rasca su guitarra con rabia,

Mientras me jura que su voz

Seguirá volando en el viento

Cuando yo sólo sea polvo.

No es el primero que así me jura,

Pero no sé si será el último.

Me siento tan cansado…

 

Hubo un tiempo, cuando las pasiones eran jóvenes,

Que seguía  vuestras huestes

Repletas de jóvenes Aquiles.

Honor en sus cabezas,

Y ríos de sangre a sus pies,

Cuando el llanto de las madres

No les dejaba dormir.

Cuando los fantasmas de sus víctimas

Les arañaban la piel,

Ahí estaba yo,

Danzando con mis hermanos

Sobre Arenas Blancas sedientas de más sangre.

Pero me cansé,

Me cansé de oír el grito del viejo jinete,

Y no poder seguirlo bajo su estandarte.

 

Y ahora, en el límite del mundo,

Donde los yonkis les gusta jugar,

Mis ojos me piden cerrarse al fin.

Harto estoy de jugar con vosotros,

Harto de aguantar vuestros lamentos,

Cansado de orgullos vacíos y falsas modestias

Que no llevan más allá.

Postrados a mis pies estáis,

Pero no os podéis ni imaginar

Como deseo ser como vosotros.

Para poder sentir el dolor del desamor,

Para poder odiar y luego arrepentirme.

Para poder, de una vez,

Dejar de danzar sobre las Arenas Blancas

 

 FIN

Arenas Blancas VI- El Jinete


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Hoy te he robado a tu hijo,

Le has dejado ir con el jinete,

Y yo, con mi  blanco caballo y  mis manos ensangrentadas,

Te he robado de nuevo.

Le he dado un arma,

Y le he robado el alma.

Madre de porteador de muerte,

Madre de creador de lamentos,

Me das un niño, y te devuelvo un monstruo.

Bajo estandartes enmohecidos,

Bajo himnos sin sentido,

Los llevaré a la eterna batalla,

Da igual el nombre,

Da igual el lugar,

Da igual porqué.

Un día me llevé a sus padres,

Los bañe en sangre de enemigos y amigos,

Y vi como las arenas blancas bebieron el sacrificio.

Ahora llevo a sus hijos,

Mientras siguen los pasos de sus ancestros,

Bajo el lamento de viudas,

Los dirijo de nuevo a las arenas,

Allí donde una vez yo también marché,

Y de donde, para maldición de muchos, volví.

No soy más que un viejo decrépito,

No empuño ya mis armas,

Pero mi caballo nos guía igual,

Quiere volver a ver los lobos luchar,

Escuchar los gritos de odio y terror,

Quiere ver las arenas beber otra vez.

Arenas Blancas V- El Hombre de fe


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Vahos de absenta en mis ojos,

Palabras vacías en mi boca,

Y miradas de odio a mis pies.

Yo soy un hombre de fe,

Yo soy el que veía la luz,

Pero ya sólo veo la oscuridad del licor.

Los llevé,

Los guié a través de las arenas blancas,

Les prometí respuestas,

A todas las preguntas que ni siquiera habían fomulado.

Y ahí, en las silenciosas Puertas de Orión,

Ahí los perdí.

No querían respuestas,

Pues no tenían preguntas,

Abrieron el dulce licor de la locura,

En pagana comunión.

Me apartaron de mi cayado,

Me rasgaron las vestiduras,

Me dieron agrio absenta,

Y entonces ví,

Vi el tiempo recorrer dunas blancas.

Demonios envejecidos,

Dioses postrados ante ídolos,

Todos se rieron de mí.

Porque no hay respuestas,

No hay preguntas,

Sólo arenas blancas.

Un vaso más,

Lléname de absenta una vez más,

Déjame perderme.

Aléjame de las Puertas de Orión.

Arenas Blancas IV- El Yonki


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Madre calienta la cuchara,

Ata esta maldición a mi brazo,

Busca mi vena moribunda,

Hazlo por mí,

Porque hoy no puedo viajar solo.

No llores, ni sufras,

Porque he sido rey.

El rey de los malabaristas,

Bailando sobre las eternas arenas,

Y las mujeres siempre se apiadaron de mí.

Es mi último viaje,

La última vez que esta aguja

Revive mi alma.

Por favor Madre,

Por favor,

No me digas que no.

Hoy deseo reposar,

No quiero reinar más,

Tan sólo echarme en estas arenas,

Echarme y descansar.

Mis pies ya no desean bailar,

Mi reino lo devoró el moho,

Y ahora me reclama a mí.

Madre no llores más,

Dame paz,

Dame lo que es mío,

Déjame descansar sobre arenas blancas,

Y amar por última vez

Al diablo de sucia sonrisa.